Fui muchas cosas en mi vida, desde boy scout a CEO, de levantador de palos de bowling (ser parapalos era todo un trabajo cuando yo era chico, pero la automatización me arruinó la carrera) a artesano, vendiendo pulseritas en las playas de Barcelona, de profesor universitario a poeta, de encuestador callejero a arquero (o portero, como dicen por acá). No exactamente en ese orden.
Una de las cosas que más disfruté fue ser actor. Era más un hobby que otra cosa, pero aparecí en algunos cortos y en algunas funciones en vivo. Fui alumno de uno de los mejores maestros, Boris Rotenstein, un director ruso genial que vive en Barcelona. (Si nunca hicieron clases de teatro, me animaría a sugerirles que lo probaran – además de ser divertido, es un viaje sorprendente de autodescubrimiento y mejora personal.)
Una tarde Boris nos contó una historia real sobre su gurú, el mundialmente aclamado Constantin Stanislavski, creador del famoso método que lleva su nombre. Constantin estaba haciendo ejercicios de improvisación con sus alumnos: la consigna era que estaban en un banco, y de repente, el banco empezaba a incendiarse.
Uno de los estudiantes hizo algo muy raro. En vez de gritar y entrar en pánico como los demás, se quedó mirando la escena desde lejos, con cara de nada y sin ninguna emoción visible.
El maestro le preguntó después del ejercicio:
Stanislavsky: “Eso fue interesante. Pero no lo entendí. ¿Qué corno fue eso?”
Estudiante: “Lo que pasa es que mi dinero no está en este banco.”
El profesor se molestó mucho.
Stanivslasky: “¡No! Muy mal. Cuando estás actuando, tu dinero siempre está en este banco.”
En la vida, a veces, solemos tender a ver las cosas como si en realidad no nos afectaran a nosotros, como si estuviéramos viendo una película. Pero somos los protagonistas de esa película. Lo que sea que pase, nos afecta. Nuestro dinero está siempre en este banco.
Tal vez vos, como CIO o CISO o futuro CIO o CISO sientas que no te afectan los problemas de otras áreas; tal vez pienses que los problemas de tus colegas son de ellos y nada más. Pero están todos en el mismo barco.
Esto es lo bueno de la Visibilidad. Como es una visión holística queda clarísimo que lo que importa es la “big picture”, la foto completa. E importa mucho más que decenas de fotitos chiquitas y aisladas. Como debe ser.
Entonces, basta de indiferencia. Hay un incendio en algún lado, y alguien te necesita. Vos podés ayudar. Tenés que ayudar. Si ese banco tiene algún fuego por algún lado, es tu fortuna la que está en riesgo de quemarse. Porque tu dinero está siempre en este banco, ¿te acordás?
Estupendo post.
Muchas gracias. Todo el mérito es para Stanislavski.
Eso es como una cadena, con un eslabón, no haces nada, pero con un conjunto de ellos, forman una cadena y pueden mover o sostener lo que uno quiera.
Exacto! Hagamos la cadena bien robusta…
Muy bueno! Me dejaste ‘algo’ con el tema de las clases de teatro..
A clase, entonces! No te vas a arrepentir! 🙂
Interesante post! Me parece una buena práctica aplicable a todos los ámbitos. El ser humano tiene ese comportamiento por defecto, está en cada uno «corregirlo». 🙂
Eso… si hay un papel tirado en el suelo… ¿quién lo levanta? Si los procesos de negocio son mejorables ¿quién los optimiza? Abrazo.
Muy bueno Raul !! Felicitaciones.
Gracias en nombre de Stanislavski.
Estoy totalmente de acuerdo Raúl en que todos estamos en el mismo barco, pero ¿que pasa con aquellos fuegos que ves y alguien intenta ocultar? o cuando no te dejan ayudar por que no eres “bombero”, tu eres CEO y sabrás de lo que te hablo.
No hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
Richard,
es como cuando en un partido de futbol alguien no juega para el equipo. Igual. Al final, aunque tenga calidad, si juega solo… nadie lo quiere. Una buena forma, creo, de influir en los demás es mediante el ejemplo. Ahora, si no se dejan ayudar, hay que ver si es por miopía o miedo o por alguna agenda oculta, o porque no nos hemos ganado todavía el derecho de meternos en el terreno del otro. En «The real business of IT» Hunter y Westerman dicen, con toda razón, que la primera etapa para un CIO es ganarse la confianza de los demás haciendo bien el trabajo interno de IT, porque si no, cuando vamos a ayudar a los otros, nos dicen que mejor barramos bien primero nuestra casa. Me parece acertado. Pero sí, no hay por ciego que el que no quiere ver, o como decía un amigo mío, no hay peor ciego que el que no quiere oír. 🙂
Un fuego es dificil de ocultar!!!…a la larga el humo se vé…se siente y se huele…!!!!! es como la «mentira».no? jeje!!
Si, totalmente de acuerdo… el problema es que a veces cuando uno descubre el fuego ya es demasiado tarde… Saludos.