La pasada Semana Santa estuve en un hotel en la costa de Cataluña. No era feo. No fue una experiencia horrible. Pero hubo una serie de detalles que me llamaron la atención.
Por ejemplo, el queso era horrendo. Parecía que hubieran comprado el más barato; me imaginé un diálogo entre el proveedor de lácteos y el encargado de Compras del hotel.
Compras: Tenemos que poner queso en el desayuno, pero no podemos pagar más que esto por kilo.
Proveedor: ¿Cuánto?
Compras: Esto.
Proveedor: Con eso no te alcanza para queso.
Compras: ¿Y un sucedáneo?
Proveedor: Te puedo dar algo que parece queso, que tiene consistencia de queso, pero que tiene gusto a sábana usada.
Compras: Trato hecho.
Lo cual me hizo recordar una antigua teoría mía acerca de que hay dos tipos de empresas: las que se preocupan por los beneficios exclusivamente y las que se preocupan por el cliente en primer término y por los beneficios en segundo lugar.
A las primeras llamémosles Mercenarias, por razones obvias. Las segundas son las Voluntarias.
Los mercenarios luchan en cualquier guerra por dinero, el voluntario tiene una misión altruista. Un médico es generalmente el ejemplo de que hay cosas más importantes que el dinero. Imaginemos un médico mercenario.
Médico: Me voy.
Anestesista: ¿?
Médico: Ya son las seis.
Auxiliar 1: Pero estamos en el medio de la operación y Ud es el cirujano jefe.
Médico: Pero ¿me van a pagar las horas extras?
Auxiliar 2: No, pero ¿podrías al menos cerrarle el abdomen a este pobre hombre?
Médico: ¿Me viste cara de tarado? Hasta mañana.
Un médico puede cobrar, incluso puede estar muy interesado en el dinero, pero (en general, y por suerte) no se les cae el bisturí a la hora de salida. Si un médico o una enfermera pasan por el lugar de un accidente, lo más probable es que se arremanguen a ayudar a los heridos. Gratis.
Bueno, con las empresas pasa lo mismo. Hay empresarios para los cuales el beneficio es el fin último y absoluto. No importa si para conseguirlo hay que pasar por encima del cadáver del cliente o de quien sea. El cliente es un mal necesario para la empresa Mercenaria.
Las empresas Voluntarias tienen claro que hay algo mucho más importante que hacer dinero: crear un producto o una experiencia memorable, contribuir al avance tecnológico, cambiar el mundo para bien aunque sea infinitesimalmente, etcétera.
Generalmente esto viene de muy arriba, desde sus genes fundacionales. Steve Jobs era un fanático del diseño y de la experiencia de usuario y no concebía lanzar un producto a medio cocer. Apple podría haber lanzado el iPhone (o el mismo iPad) varios años antes. Pero no lo hizo, porque antes que la facturación estaban los clientes.
¿A qué viene todo esto? A que me parece que los profesionales también se clasifican en Mercenarios y Voluntarios.
Hay, por ejemplo, Gerentes de Informática que saben que su función es importante y se desviven por conseguir valor para su empresa y oportunidades para su equipo, independientemente de si están bien o mal pagados. Otros ven a los usuarios como un “mal necesario”, a sus pares como competidores, y a sus dirigidos como sus esclavos.
¿Exagero? Es posible. Quizás entre los Voluntarios y los Mercenarios haya una legión de Contemplativos, gente que no está en ningún extremo. Quizás haya otros que juegan un rato para los Mercenarios y un rato para los Voluntarios, dependiendo de las circunstancias.
Quizás haya gente extremadamente profesional entre los Mercenarios y alguno que otro sea un líder respetado. Hay grandes cirujanos cuentabilletes, después de todo. Y quizás haya muchos Voluntarios papanatas. Una cosa no implica la otra.
Pero hay algo interesante. Apple, sin haber buscado el oro de los tigres como propósito primigenio, es la empresa de mayor valoración bursátil del planeta.
Y, con los datos en la mano, enseñan en las escuelas de negocios que los emprendedores que arrancan proyectos exclusivamente para ganar dinero son los que tienen mayor tasa de mortalidad empresarial.
No tengo datos de esto que voy a decir, pero me parece que, a igualdad de condiciones, los profesionales Voluntarios terminan siendo mucho más exitosos que los Mercenarios.
Y sobre todo más queridos.
Comparto al 100% lo que dices, soy un gran admirador del fallecido Steve Jobs, he leído tanto de él y su amigo Steve Wozniak que casi son de la familia, hasta tengo una foto con Steve Wozniak que me hice con el en la Campues Party de Valencia del año 2010, soy un apasionado de le tecnología pero me creo que tengo un ADN especial para saber lo que tendrá éxito en la tecnología, tu blog ha sido un descubrimiento por una casualidad referente a tu empresa, jejeje la semana que viene la conoceré 😉
Víctor.
Muchas gracias Víctor por tus palabras… Envidio esa foto con Woz! Abrazo.
De nada Raúl!!! Es un tesoro esa foto junto a Woz!!!! Otro abrazo!!!