Comentarios rápidos sobre El techo de cristal, mi post anterior:
Primero, lo escribí algunas semanas atrás para The Rhetorical Journey, donde salió como post invitado (¡gracias, Conor!). Tenés que seguir sí o sí a Conor (@cuchullainn) y suscribirte a su blog.
Segundo, Diana Nyad intentó un tercer cruce justo unos días después de escrito el post, a los 62 años. Tuvo que abandonar después de casi 40 horas de esfuerzo, cien mil brazadas y más de 90 kilómetros nadados, tras haber sido picada varias veces por el animal marino más venenoso conocido (http://bit.ly/r1XYTX). Generalmente una sola picada es suficiente para disuadir a cualquier maratonista, pero Diana está hecha de una manera distinta: nadó 34 horas más después de la primera picadura. Dejó de nadar sólo porque otra más la podría haber matado.
Y, último pero no menos importante, jugué mi primer partido oficial con los Vallvidrera Senglars este domingo pasado. ¿El resultado? Ganamos 4-0. La vida es bella.